Historia del templo

Junto a la puerta de Bisagra, en el barrio llamado del Arrabal, se encuentra la iglesia de Santiago el Mayor, el conjunto mude?jar ma?s imponente de Toledo, por sus grandes dimensiones y li?neas puras, construida en ladrillo y mamposteri?a encintada en el siglo XIII.

Las antiguas cro?nicas indicaban que Alfonso VI tras la Reconquista de la ciudad, habi?a fundado una primitiva parroquia dedicada al apo?stol Santiago el Mayor, consagrando la mezquita que alli? se situaba, bajo la advocacio?n de Santiago, patro?n de Espan?a y protector de los eje?rcitos.

Sin embargo, la construccio?n del edificio que hoy contemplamos se debe a la iniciativa del rey Sancho II de Portugal, llamado Sancho Capello, quien murio? en 1246 y esta? enterrado en la antigua capilla de Reyes de la Catedral, quedando interrumpidas las obras hasta la segunda mitad del siglo XIII cuando se retoman a expensas de los Diosdado, comendadores de la Orden de Santiago.

La primera vez que aparece citada la iglesia es en un documento del an?o 1125. En un testamento del an?o 1229 se habla del altar principal de esta iglesia y de otros altares en construccio?n. De 1265 data la ma?s antigua la?pida sepulcral, sen?al de que la iglesia ya esta? construida y consagrada al culto.

Atravesamos un gran arco de herradura, cobijado por otro lobulado que se cubre con un friso de arcos entrelazados y se enmarca con dos finas pilastrillas rematadas en me?nsulas, unidas por una malla reticular de ladrillo, inspirada en la vecina mezquita de Bab al Mardu?m, llamada del Cristo de la Luz.

La portada principal al exterior se presenta grandiosa, sobrealzada sobre el po?dium que salva el desnivel de la plazuela, heredera del espacio cementerial de tiempos moza?rabes. La fachada se concibe de forma escalonada con vanos sime?tricos. Representa el ejemplo ma?s antiguo en Toledo, derivado de la mezquita de Co?rdoba, por lo que va a convertirse en verdadero prototipo para iglesias y palacios toledanos de los siglos XIV y XV.

El interior es de esbeltas proporciones, con tres naves, la central ma?s alta que las laterales, de tres tramos separadas por grandes arcos apuntados y cubiertas por armaduras de madera.

En su arquitectura influyen las nuevas formas go?ticas, por la construccio?n contempora?nea de la catedral junto con las almohades. Este edificio se considera que marca el inicio de la segunda fase del mude?jar toledano en la que, se abandonan los grandes arcos de herradura sobre columnas y se sustituyen por arcos apuntados sobre pilares cruciformes.

La planta de cruz latina es imagen de Jesucristo en la cruz, que se entrega por su Iglesia en el sacramento de la Eucaristi?a celebrado diariamente en el altar, porque E?l es la cabeza de todo un cuerpo que es la asamblea de fieles. Para llegar a la cabecera, atravesamos el crucero, muy sobresaliente en planta, cubierto en su tramo central con una bo?veda de cruceri?a en ladrillo, del ma?s puro arte go?tico, que obliga a elevar la mirada hacia lo alto, y con ello, a elevar el espi?ritu hacia Dios.

El artesonado central es uno de los ma?s bellos de Toledo, compuesto por vigas de par y nudillo, con tirantes dobles conserva fragmentos de inscripciones en a?rabe cu?fico y nasji, entre las que descubrimos la fecha de 1287 y las fo?rmulas rituales “la felicidad, la paz, la gloria, la generosidad”.

En el brazo de la nave de la epi?stola se ha situado el baptisterio, un espacio escalonado que culmina en la roma?ntica pila bautismal. Toda una estructura arquitecto?nica que invita al descendimiento, al abajamiento de si? mismo, para alcanzar en las aguas del bautismo, la regeneracio?n y la nueva vida. La capilla esta? presidida por la cruz original que San Vicente Ferrer llevaba en sus predicaciones.

En el centro del crucero, en el lugar con mayor sonoridad se encuentra un original y antiguo pu?lpito. Belli?simo ejemplar de yeseri?a go?tico-mude?jar que conserva restos de policromi?a original. Se apoya sobre un fuste de pizarra azul y un capitel invertido y el tornavoz presenta ide?ntica decoracio?n. En e?l predico? San Vicente Ferrer, del que se conserva una talla al pie de la nave, en 1403, “logrando de los judi?os una conversio?n milagrosa”.

En torno al crucero encontramos empotradas antiqui?simas la?pidas funerarias de los an?os 1265, 1292 y 1329.

El retablo Mayor fue tallado por Juan de Tovar y pintado, dorado y estofado por Francisco de Espinosa entre los an?os 1545 y 1548. Juan Correa del Vivar participo? como fiador de Tovar para responder con sus bienes en caso e incumplimiento del contrato.

Consta de banco o pedrella, cinco calles, cuatro cuerpos y a?tico. Su estilo corresponde al primer renacimiento espan?ol, o plateresco, caracterizado no tanto por la simetri?a de las formas como por un decorativismo, a imitacio?n de los motivos italianos de medallones, guirnaldas, cabezas de a?ngeles, que llenan espacios, en un momento inmediatamente anterior al Concilio de Trento, tras el cual las formas seri?an mucho ma?s depuradas, volviendo a la simplificacio?n de las li?neas esenciales.

En el contrato con Juan de Tovar se especifican las dimensiones que ha de tener y el nu?mero de cajas o compartimentos en altura que han de ser cuatro: en la primera se ha de hacer una custodia conforme a una que esta? en el monasterio de San Miguel de los A?ngeles de Toledo (ambas perdidas, el actual sagrario es una obra contempora?nea del orfebre Tasio). En la segunda caxa ha de ir un crucifixo y san Juan y maria con su monte calvarioEncima ha de ir por remate un dios padre metido en su encasamento con su guarnicio?n de talla. El resto de escenas sera?n las historias que el cura y los parroquianos ordenen, eso si?, con ima?genes de bulto, y hornacinas separadas por pilares abalaustrados y cubiertas por veneras.

En el banco, medallas y molduras, y en el remate superior dos figuras femeninas recostadas y medallones con efigies de personajes barbados. En el centro sobresale la figura del apo?stol Santiago, titular de la Parroquia, que por su calidad se ha atribuido al maestro Copi?n de Holanda. De vistosa policromi?a, la figura se presenta en pie, con atuendo de peregrino, sombrero con venera, escarcela o zurro?n, bordo?n o cayado de caminante y libro, en alusio?n a la epi?stola que se le atribuye.

Adema?s de las ima?genes de la Asuncio?n, el Calvario y Dios Padre en la calle central, encontramos otras escenas referentes a la vida de Mari?a (Natividad, Anunciacio?n), la infancia de Cristo (Natividad, Epifani?a o Adoracio?n de los Magos, Presentacio?n en el Templo), su vida pu?blica (Bautismo, Resurreccio?n), o la vida de la Iglesia (Pentecoste?s). Todo un programa destinado a exaltar la figura de Mari?a y de Cristo y a resumir la historia de la salvacio?n del hombre desde la encarnacio?n del Hijo de Dios hasta la venida del Espi?ritu Santo.

Tambie?n en torno a la talla del apo?stol Santiago aparecen dos episodios alusivos a su vida: su Martirio, decapitado por un verdugo que luce una interesante armadura del s. XVI, y la Traslacio?n de su cuerpo desde Compostela sobre un carro tirado por bueyes. Todo ha de ser de muy buena madera, seca y sin nudos, la custodia y Santiago y asuncio?n y crucifixio?n y entrecalles y banco y el dicho padre ha de ser todo de bulto e guecos los bultos grandes.

Completa la iconografi?a la presencia del apostolado en el banco y las parejas de santos: San Benito y un belli?simo San Miguel Arca?ngel pisando un grotesco demonio a la izquierda y a la derecha San Andre?s junto a San Bernardo reformador de los benedictinos, con la orden cisterciense y tambie?n redactor de una nueva regla como indica la presencia del libro.

Es la u?nica iglesia de Toledo en la que sus naves culminan en tres a?bsides semicirculares, ti?pico modelo de la tradicio?n roma?nica que en Castilla y Leo?n triunfa hasta el siglo XVI, pero que en Toledo resulta excepcional.

La torre exenta se estructura en torno a un macho?n central con sus bovedillas bajo la escalera interior. Sus ventanas de arcos geminados de herradura, apoyan sobre columnillas de ma?rmol y se recuadran sobre un alfiz. Se trata de un antiguo minarete musulma?n, con un modesto cuerpo de campanas en la parte superior que bien pudo haberse an?adido en el medievo mude?jar o en el barroco dieciochesco. Para algunos se trata de la torre ma?s antigua de la ciudad, no en vano una de sus ventanas, formada por doble arco de herradura recuadrado por alfiz, delata la forma ti?pica califal de la e?poca de Almanzor. La parte inferior isla?mica sera? imitada en los alminares de San Bartolome? y de San Andre?s.

La iglesia ha experimentado a lo largo del tiempo distintas reformas. En 1612 se forraron los pilares de ladrillo con pilastras de yeso, y an?os despue?s, en 1790 fue revocado totalmente el interior en estilo neocla?sico, con bo?vedas que ocultaron las armaduras, hasta que fueron descubiertas de nuevo a principios del s. XX.

Hoy, tras profundas restauraciones realizadas a lo largo del s. XX, que han liberado de repintes, estucos y elementos an?adidos a toda la estructura arquitecto?nica, contemplamos la construccio?n primitiva en toda su pureza. Un conjunto que invita a reconocer la belleza que esconde un templo levantado para la alabanza divina y a disfrutar descubriendo la capacidad creadora del hombre, hecho a imagen y semejanza del Creador..