El sacramento de la Reconciliación

¿Que? nombres recibe este sacramento?

Este sacramento es llamado sacramento de la Penitencia, de la Reconciliacio?n, del Perdo?n, de la Confesio?n y de la Conversio?n.

¿Por que? hay un sacramento de la Reconciliacio?n despue?s del Bautismo?

Puesto que la vida nueva de la gracia recibida en el Bautismo, no suprimio? la debilidad de la naturaleza humana ni la inclinacio?n al pecado (esto es, la concupiscencia), Cristo instituyo? este sacramento para la conversio?n de los bautizados que se han alejado de E?l por el pecado.

¿Cua?ndo fue instituido este sacramento?

El Sen?or resucitado instituyo? este sacramento cuando la tarde de Pascua se mostro? a sus Apo?stoles y les dijo: “Recibid el Espi?ritu Santo. A quienes perdone?is los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retenga?is, les quedan retenidos” (Jn 20,22-23).

¿Tienen necesidad los bautizados de conversio?n?

La llamada de Cristo a la conversio?n resuena continuamente en la vida de los bautizados. Esta conversio?n es una tarea ininterrumpida para toda la Iglesia, que, siendo santa, recibe en su propio seno a los pecadores.

¿Que? es la penitencia interior?

La penitencia interior es el dinamismo del “corazo?n contrito” (Sal 51,19), movido por la gracia divina a responder al amor misericordioso de Dios. Implica el dolor y el rechazo de los pecados cometidos, el firme propo?sito de no pecar ma?s, y la confianza en la ayuda de Dios. Se alimenta de la esperanza en la misericordia divina.

¿De que? modos se expresa la penitencia en la vida cristiana?

La penitencia puede tener expresiones muy variadas, especialmente el ayuno, la oracio?n y la limosna. Estas y otras muchas formas de penitencia pueden ser practicadas en la vida cotidiana del cristiano, en particular en tiempo de Cuaresma y el viernes, di?a penitencial.

¿Cua?les son los elementos esenciales del sacramento de la Reconciliacio?n?

Los elementos esenciales del sacramento de la Reconciliacio?n son dos: los actos que lleva a cabo el hombre, que se convierte bajo la accio?n del Espi?ritu Santo, y la absolucio?n del sacerdote, que concede el perdo?n en nombre de Cristo y establece el modo de la satisfaccio?n.

¿Cua?les son los actos propios del penitente?

Los actos propios del penitente son los siguientes: un diligente examen de conciencia; la contricio?n (o arrepentimiento), que es perfecta cuando esta? motivada por el amor a Dios, imperfecta cuando se funda en otros motivos, e incluye el propo?sito de no volver a pecar; la confesio?n, que consiste en la acusacio?n de los pecados hecha delante del sacerdote; la satisfaccio?n, es decir, el cumplimiento de ciertos actos de penitencia, que el propio confesor impone al penitente para reparar el dan?o causado por el pecado.

¿Que? pecados deben confesarse?

Se deben confesar todos los pecados graves au?n no confesados que se recuerdan despue?s de un diligente examen de conciencia. La confesio?n de los pecados graves es el u?nico modo ordinario de obtener el perdo?n.

¿Cua?ndo se esta? obligado a confesar los pecados graves?

Odo fiel, que haya llegado al uso de razo?n, esta? obligado a confesar sus pecados graves al menos una vez al an?o, y de todos modos antes de recibir la Sagrada Comunio?n.

¿Por que? tambie?n los pecados veniales pueden ser objeto de la confesio?n sacramental?

La Iglesia recomienda vivamente la confesio?n de los pecados veniales, aunque no sea estrictamente necesaria, ya que ayuda a formar una recta conciencia y a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarse curar por Cristo y a progresar en la vida del Espi?ritu.

¿Quie?n es el ministro del sacramento de la Reconciliacio?n?

Cristo confio? el ministerio de la Reconciliacio?n a sus Apo?stoles, a los obispos, sucesores de los Apo?stoles, y a los presbi?teros, colaboradores de los obispos, los cuales se convierten, por tanto, en instrumentos de la misericordia y de la justicia de Dios. Ellos ejercen el poder de perdonar los pecados “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espi?ritu Santo”.

¿A quie?n esta? reservada la absolucio?n de algunos pecados particularmente graves?

La absolucio?n de algunos pecados particularmente graves (como son los castigados con la excomunio?n) esta? reservada a la Sede Aposto?lica o al obispo del lugar o a los presbi?teros autorizados por ellos, aunque todo sacerdote puede absolver de cualquier pecado y excomunio?n, al que se halla en peligro de muerte.

El confesor, ¿esta? obligado al secreto?

Dada la delicadeza y la grandeza de este ministerio y el respeto debido a las personas, todo confesor esta? obligado, sin ninguna excepcio?n y bajo penas muy severas, a mantener el sigilo sacramental, esto es, el absoluto secreto sobre los pecados conocidos en confesio?n.

¿Cua?les son los efectos de este sacramento?

Los efectos del sacramento de la Penitencia son: la Reconciliacio?n con Dios y, por tanto, el perdo?n de los pecados; la Reconciliacio?n con la Iglesia; la recuperacio?n del estado de gracia, si se habi?a perdido; la remisio?n de la pena eterna merecida a causa de los pecados mortales y, al menos en parte, de las penas temporales que son consecuencia del pecado; la paz y la serenidad de conciencia y el consuelo del espi?ritu; y el aumento de la fuerza espiritual para el combate cristiano.

¿Se puede celebrar en algunos casos este sacramento con la confesio?n general y absolucio?n colectiva?

En caso de grave necesidad (como un inminente peligro de muerte), se puede recurrir a la celebracio?n comunitaria de la Reconciliacio?n, con la confesio?n general y la absolucio?n colectiva, respetando las normas de la Iglesia y haciendo propo?sito de confesar individualmente, a su debido tiempo, los pecados graves ya perdonados de esta forma.

¿Que? son las indulgencias?

Las indulgencias son la remisio?n ante Dios de la “pena temporal” merecida por los pecados ya perdonados en cuanto a la culpa, que el fiel, cumpliendo determinadas condiciones, obtiene para si? mismo o para los difuntos, mediante el ministerio de la Iglesia, la cual, como dispensadora de la redencio?n, distribuye el tesoro de los me?ritos de Cristo y de los santos.

HABLEMOS