Cáritas parroquial
Nuestro grupo de Cáritas Parroquial depende directamente de Cáritas Diocesana de Toledo. La palabra CARITAS proviene del latín y significa AMOR. Cáritas es la institución de la Iglesia que se dedica a la promoción integral del ser humano. Desde 1942, el Papa Pío XII quiso que el servicio de la caridad de la Iglesia se llamase así en todos los países. Las distintas diócesis, preocupadas por hacerse presentes entre los pobres, fueron organizando este SERVICIO. Todas las Cáritas nacían en el seno de la diócesis y dependían del Obispo local. De ahí el nombre de CÁRITAS DIOCESANA. El Concilio Vaticano II (1962-1965) impulsó una profunda renovación sobre el modo de ejercer la CARITAS en la Iglesia. Los nuevos tiempos imponían una manera de trabajar que incidiese en las causas de los problemas y no simplemente que diera asistencia a los más necesitados.
Hoy en día se busca que en todas las parroquias exista un grupo de voluntarios que se dedique a la Cáritas Parroquial, de manera que colaborando con la Cáritas Diocesana se puedan abordar los problemas más urgentes de muchas personas necesitadas. Hay un convencimiento profundo en cuantos pertenecen a Cáritas de que su caridad siempre se queda corta, unas veces por ignorancia, otras por debilidad. Nunca se llega a la exigencia de los pobres y a la urgencia de Jesucristo. Por eso la caridad está siempre en vías de crecimiento. Por eso hay que estar siempre abiertos a la renovación y la conversión. Para buscar la forma adecuada se realizan asambleas, encuentros, retiros, jornadas de teología de la caridad, escuelas de formación y tantas ofertas de estudio, reflexión y oración. Mientras haya pobres y excluidos, Cáritas tiene la necesidad de conversión; mientras haya injusticias, Cáritas no puede conformarse y descansar.